lunes, 19 de marzo de 2007

El Principio.


Según muchas tradiciones antiguas, antes del principio de la Creación, el Todo, se hallaba contenido en una oscuridad densa, en un caos absoluto, en una especie de limbo existencial... y el (Espíritu de Dios) se encontraba desasosegado, sin control, sin principio ni fin.


“1.En el principio Dios creo los cielos y la tierra. 2.Ahora bien, resultaba que la tierra se hallaba sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de la profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios se movía de un lado a otro sobre las superficie de las aguas.”
GENESIS Cap. 1.

Los Ciclos del Universo.

Según la mitología Hindú, el Universo es identificado con la idea de Brahma. Dios es el Universo. Y Éste existió no solo en Ésta expansión y creación en la que vivimos, sino que hubo otras anteriormente, y seguirá habiendo otras más.
Existe una serie de periodos de tiempos establecidos donde se notifica tal fenómeno universal: el de Creación y Destrucción del Universo en ciclos. Ellos los denominaron “kalpas”.

El Inicio del Ciclo.


Según la ciencia, el Universo comenzó a existir a partir del momento del "Big Bang".
Desde el punto de vista filosófico entonces, el Universo como Dios Creador, se hizo así mismo, y en ese proceso físico-espiritual de la primera expansión, comenzó a crearse el tiempo, el espacio, las dimensiones y los seres que los habitan.

El motivo de este fenómeno universal: acabar con ese estadio de incertidumbre y oscuridad en las que se hallaban las energías preexistentes . Ubicar a cada ser-alma-espíritu-materia en su lugar correspondiente, en su dimensión correspondiente, rodeados de sus semejantes, inmersos en su materia análoga.
La materia es "energía". La energía vibra en distintas longitudes de onda, por lo que la materia es diferente en cada estrato de la Creación. En cada uno de estos estratos o dimensiones de la Creación, la energía ha formado una infinidad de tipos de materia distintas.
En las dimensiones más bajas de la creación la materia es más densa; en las dimensiones más elevadas de la Creación, la materia es más sutíl.


La Reordenación del Universo.



De esta forma, hubo en la Creación –que ya contiene una infinidad de universos o dimensiones- un proceso de selección, clasificación, orden, concierto, reubicación...de todos los tipos de energías, que hasta entonces se hallaban en permanente estado de agitación, contenidas en un lugar sin espacio. Al originarse la expansión espacial, y las "primigenias fuerzas nucleares", se inició un proceso de asentamiento de materiales, digamos que, en distintas capas según la densidad de cada uno de esta materia.
Cuando digo materia, no solo hago referencia a la materia que nosotros podemos tocar o apreciar con nuestros sentidos, sino todo aquello que es energía, tanto visible como invisible, pues cualquier tipo de energía forma materia aunque en estados distintos, en niveles diferentes, o frecuencias.
Esto nos desvela que, desde antes del Principio, Dios (como Todo lo existente) ya contenía en sí mismo, o mejor dicho, ya estaba conformado por "distintos tipos de energías".
Pero
éstas energías con una infinidad de vibraciones de frecuencias muy distintas entre sí, se encontraba en permanente estado de agitación, mezcla e inestabilidad. Era en sí, un conjunto de energías infinitas no homogénea, de muy diferentes estadios existenciales entremezclados; sin tiempo ni espacio.
Unas formas energéticas eran –y son aun- muy toscas y primitivas, y otras formas de energías ya eran excelsas desde el Comienzo. Entre ambas formas energéticas, una infinidad de formas energéticas distintas, que ahora constituyen los Seres.

Ubicación de los Seres.

Así, los seres-almas-espíritus y la materia afín a cada uno de ellos, se reubicaron en su lugar (dimensión o esfera) correspondiente. Los más densos, digamos que “descenderían” a las posiciones más bajas de lo Creado, y los menos densos ocuparían las posiciones más elevadas.
Mientras más abajo nos dirijamos en las distintas dimensiones, mayor número de tipos distintos de seres se da.

Mientras más arriba subamos en estas esferas dimensionales, menor es el número de tipos distintos de seres existen.

Evolución = Ascensión.

Para Dios, el motivo fundamental por el que inició la expansión de la Creación (Big Bang), y así el inicio de la existencia de Todo lo Creado, es dar tiempo y espacio a sus distintas formas existenciales.
Cada una de estas formas de existencias se hallan en diferentes estadios evolutivos, y por tanto, se encuentran en distintos grados de vibraciones energéticas.
En ese Principio de la Creación, el objetivo primero fue reunir todas las formas existenciales según sus analogías, agrupándolas según su densidad material, según su nivel energético, para así comenzar un proceso ordenado y lógico de evolución ascendente.
Todas las formas de existencias, y aún la materia sin vida, desde el lugar de ubicación que hayan ocupado en su momento inicial, deberá iniciar un proceso evolutivo consistente en la ascención, hasta acabar formando parte de la Parte Perfecta de Dios, ubicada en las dimensiones más elevadas de Todo lo Creado.

La Parte Perfecta de la Creación.


A la parte perfecta de Dios (de la Creación), la que ocupa la dimensión más elevada de Todo lo Existente, la denominaremos ESPÍRITU CÓSMICO.
Al Espíritu Cósmico lo definiremos como la Única forma de existencia regida por una única mente, la Mente Divina –que es en sí un único cuerpo-.
Esta Mente ejerce el poder de inspiración y otorga la fuerza a las demás formas de existencias, todas en estadios evolutivos inferiores.
Atrae hacia sí para que ascienda todo lo existente, y evolucione hasta unirse a esta Parte Perfecta Única.
Desde el punto de vista de un lugar o un estadio evolutivo –en esta dimensión es igual lugar o entidad- podría denominarse al Espíritu Cósmico también como "NIRVANA".

Las Dimensiones de la Creación.




De este modo, la Creación, Todo lo Existente (Dios), con toda su infinidad de Universos -"Multiverso"-, dimensiones o esferas existenciales, con todos sus seres conformados por una infinidad de densidades distintas–según su vibración energética-; desde los seres más toscos (la materia sin vida), hasta el Único Espíritu Cósmico, se estratificaría en dimensiones superpuestas, tal como ocurre con los bloques de piedras de una pirámide.
Una gran cantidad y variedad de seres en las escalas inferiores; y Un Ser Unificado y perfecto en la escala última: su vértice.
De ahí el símbolo tomado para la identificación de estas ideas.
Pero todos conformamos a Dios. Todos participamos de una misma conexión energética. Todos somos partes de un mismo Ser: La Creación.

Representación Simbólica.

También de forma simbólica, y para simplificar infinitamente estos conceptos e ideas, esta pirámide queda dividida en 7 partes.
Cada una de las partes están a su vez divididas en tres partes más, diferenciadas todas ellas por distintos colores y sus distintas gamas.
En cada una de estas dimensiones o esferas de la Creación se ubicarían una cantidad y variedad de formas de existencias inmensa.
A cada una de estas 7 partes igualmente se les ha dado un nombre simbólico para una mejor comprensión.

La Pirámide como Símbolo.

Toda la pirámide representa simbólicamente pues, a Dios, a Toda la Creación –que es lo mismo-, a Todo lo Existente.
Su parte perfecta en el vértice (blanco), y su parte más imperfecta en su base (roja).

Poseemos la capacidad de elevar nuestro nivel energético.

Desde el inicio de la Creación, desde el momento en que Dios quiso crearse a sí mismo tal como lo conocemos, y hasta el final de este proceso evolutivo, Todos los seres existentes en la Creación, toda la materia existente en la Creación, contenemos dentro de sí, de manera latente y oculta a nuestros sentidos, todas las formas de existencias superiores; futuras energías vibratorias superiores por desarrollar.
Cada Ser es capaz de desprenderse de las formas materiales y vibratorias de las que ya ha evolucionado, para pasar a poseer un nivel energético o vibracional más elevado, ello lleva apareado un cuerpo "físico" adecuado a este nuevo nivel adquirido.

Los Cuerpos Latentes.


Cada Ser individual de la Creación, contiene en sí, todos los “cuerpos” superiores al estadio evolutivo donde desarrolla su existencia.
Todos estos cuerpo sutiles están contenidos en el cuerpo físico de una manera latente.
Esta serie de cuerpos “dormidos”, cada vez más sutiles, corresponden cómo no, a los distintos niveles o dimensiones que componen Todo lo Creado –la Pirámide- desde el lugar que ocupas, hasta la parte más elevada –el Espíritu Cósmico-.
De ésta manera permanece Todo conectado.

Ejemplo aclarativo:
Imaginemos la clásica muñeca rusa matrioska. La muñeca exterior, la que vemos, sería nuestro cuerpo físico. Cada una de las muñecas contenidas unas dentro de otras corresponderían a cada uno de los cuerpos sutiles de los que estamos formados.
Imaginesmos que la muñeca exterior es de color rojo, la segunda de dentro naranja, la tercera amarilla, la cuarta verde, la quinta azul, la sexta violeta y la séptima blanca.
Cada una de ellas representa una dimensión de la Creación. Los Humanos tendríamos un cuerpo físico correspondiente a la muñeca amarilla, la de la tercera dimensión, por lo que nos habriamos desprendido ya de los cuerpos naranja y rojo en anteriores existencia, pero aun contenemos de manera latente aquellos cuerpo superiores a los que estamos conectados de manera sutíl.

El Proceso de Reencarnación.


El proceso por el que evolucionamos, es decir, por el que estamos siendo afectados por este proceso de evolución continua hacia arriba, hace que nos desprendamos de nuestro cuerpo inferior.
Nuestro cuerpo físico o inferior es donde desarrollamos nuestra existencia actual, es el lugar donde ubicamos nuestra conciencia-.
Tras la desencarnación -la muerte- lograremos una nueva existencia con un nuevo cuerpo hecho de materia más sutil y elevada que el anterior ya desechado. Este nuevo cuerpo estará hecho de una energía vibratoria mayor.
Para andar este camino hacia la evolución continua ascendente, es necesaria la sucesiones de experiencias acumulables o vidas: "la Reencarnación".

Solo somos concientes de que vivimos en el universo material, el que es captado por nuestros sentidos, pero en realidad existimos en todas las dimensiones de la Creación a la vez. Nuestro nivel de consciencia dependerá del nivel vibratorio de nuestra energía.
Vivir = es desarrollar tu conciencia y tus experiencias, en la ubicación dimensional que tus sentidos captan. La materia de esta dimensión está formada por la materia que conforma tu cuerpo.
Existir = hace referencia a todos los lugares de la Creación a los cuales estamos conectados a través de nuestros cuerpos sutiles en estado latente.

Reencarnar para Ascender.

El proceso de Reencarnación es pues, la forma natural por la que todos los seres-almas-espíritus y materia de la Creación (Dios), adquiere perfección a través de la obtención del conocimiento, de ahí la adquisición de la consciencia, y ésto sea puesto en práctica a través de la interrelación con los demás, acumulando así experiencias positivas.
De manera gradual, el fenómeno de la reencarnación es un proceso incontable de vidas sucesivas hasta la llegada a la meta final: la unión con el Espíritu Cósmico, entrando así a formar parte indisoluble y única de la “Mente” de Dios o su parte Perfecta; estadio-lugar-tiempo-esfera-dimensión donde Todo lo creado acabará formando parte.

IDEA décimo quinta.

Quizás las tradiciones hindúes hablen de esas sucesiones de expansión (creación) e implosión (destrucción) del Universo, porque en una sola Existencia del Universo, no sea “tiempo” suficiente como para que todos los seres y toda la materia existentes en Él, pueda adquirir esa perfección necesaria hasta llegar a formar parte del Espíritu Cósmico.
Basándonos entonces esta tradición, quizás sea necesaria una serie indeterminada de Creaciones y Destrucciones del Universo, una serie de Big Bang consecutivos, hasta que Todo lo que existe se recicle y se perfeccione hasta convertirse en Perfección Absoluta.

IDEA décimo sexta.

Todos nuestros cuerpos sutiles, contenidos dentro de nuestro cuerpo material, corresponden a cada una de las esferas de la evolución.
Por tanto, el número es muy elevado, y potencialmente corresponde a cada una de nuestras futuras reencarnaciones; aunque el ritmo de reencarnaciones y futuras existencias, es muy distinto en cada uno de los seres de la Creación.
Pero, atendiendo a nuestra pirámide simbólica, reducimos simbólicamente también a 7 este número de dimensiones a “escalar”.

IDEA décimo séptima.

Podemos ser conscientes de nuestro grado de evolución, atendiendo al grado espiritual alcanzado durante cada existencia, y es el momento de conclusión de cada vida -muerte- donde se establece definitivamente el resultado final de esa evolución.
Este grado espiritual alcanzado durante una existencia, se hace manifiesto con el adecuado desarrollo de nuestras conexiones con los cuerpos sutiles latentes.
Estas conexiones son múltiples igualmente, pero también las tradiciones las reduce a 7, como las más importantes.
Son los denominados chakras que recorren toda nuestra columna vertebral hasta la coronilla.

IDEA décimo octava.

Si potenciamos las energías correspondientes a los chacras más básicos –los situados en la base de la columna vertebral- nuestro desarrollo espiritual será escaso, o nulo.
En estos casos, una vez desencarnado, el nivel espiritual conseguido no será suficiente como para adquirir un nuevo cuerpo más sutil, volviendo a reencarnar en un cuerpo de la misma densidad para repetir una existencia bajo las mismas condiciones que la anterior.

IDEA décimo novena.

Si potenciamos las energías correspondientes a los chacras más elevados, nuestro desarrollo espiritual será positivo y ascendente. En este caso, conectaríamos nuestro cuerpo físico con nuestros cuerpos sutiles de una manera más intensa, de tal modo que nos encontraríamos en las circunstancias adecuadas para que, en nuestra pertinente desencarnación, nos podamos desprendern de nuestro cuerpo físico atrasado para el nivel espiritual adquirido, haciéndonos con un nuevo cuerpo más elevado en nuestra próxima encarnación.

IDEA vigésima.

Si cultivamos adecuadamente las energías correspondientes al séptimo chacka situado en la coronilla, no quiere decir que saltemos automáticamente a la Séptima Dimensión, coronando así y de una sola vez nuestro camino ascensional. Si cultivamos el séptimo chakra adecuadamente, significará que el salto evolutivo hacia una nueva forma de existencia superior, será mucho más cuantioso que el de cualquier otros ser cuyo cultivo espiritual fuera inferior.
La cuantía de este salto es totalmente indefinible, no es mensurable por ningún tipo de reglas establecidas. Al menos hasta lo que conocemos nosotros.

IDEA vigésimo primera.

El sistema energético humano, el de los chacras, tan solo es un reflejo de las dimensiones de las que consta la Creación.
Se trata de una especie de réplica de estas dimensiones –pues funciona de la misma forma- pero a escalas muy inferiores, a escala corporal. El Universo funciona igual a escalas grandes y pequeñas.
Se habla de que Buda alcanzó el Nirvana en una sola existencia humana cultivando las energías más elevadas del chacra superior, pero este ser ya procedería de una existencia anterior muy superior a la humana. De otro modo creo imposible un salto cuantitativo y cualitativo tan enorme.

IDEA vigésimo segunda.

Este proceso evolutivo espiritual, el de la reencanación, es el común establecido para toda la Creación.
Pero esta “ley universal” quedó rota en algunos lugares de nuestro Universo, debido a la “desconexión” sufrida en determinadas “regiones” habitadas.
Estas “regiones” corresponden a determinados lugares físicos de nuestro Universo. Aunque ésta desconexión no solo afecta a nuestra esfera física, sino que en realidad comenzó en las dimensiones más elevadas, y de ahí se extendió hacia las dimensiones inferiores, incluida la nuestra.

IDEA vigésimo tercera.

En las tradiciones humanas se cuenta que, esta desconexión vino dada por un acontecimiento denominado: la Rebelión de Lucifer.
A causa de esta desconexión con el Todo, las regiones afectadas –adheridas- a la rebelión optaron por “liberarse” del resto de los procesos instaurados para toda la Creación.
El resultado negativo ha tenido como consecuencia una dificultad tremenda para que, los seres afectados bajo sus dominios, puedan elevarse espiritualmente en el proceso natural de reencarnación, pues el Espíritu Cósmico dejó de sostener a estas regiones oscuras.
Consecuentemente, la “ley Universal de evolución espiritual” ha quedado toscamente reducida a una serie de reencarnaciones donde casi es imposible salir del grado espiritual que se posee, volviendo a reencarnar en la inmensa mayoría de los casos en nuevas existencias con cuerpos de la misma densidad, una y otra vez. Es lo que el budismo denomina “la rueda de las reencarnaciones”, sobre la que promueve: "hay que liberarse".

IDEA vigésimo cuarta.

La reencarnación en sí misma no es un proceso negativo y ni de castigo; muy al contrario, tal como expliqué en las anteriores ideas. El fenómeno de la reencarnación es el vehículo mediante el cual evoluciona todo ser de manera constante, y así poder ascender en la escala de la Creación.
Pero sí supone un proceso negativo para la inmensa mayoría de seres afectados por esta desconexión, a los que se encuentran bajo el dominio de los seres rebelados, pues les es imposible elevarse espiritualmente.
El proceso de reencarnación no supondrá para ellos ningún avance, sino siempre un estancamiento; un proceso repetitivo de naceres.
Resultará más negativo y difícil para un determinado ser, mientras más baja sea la dimensión donde tenga lugar su existencia.

IDEA vigésimo quinta.

Queda claro que la Tierra, y con toda seguridad, las regiones estelares circundantes –según algunos contactados, toda la galaxia junto con otras más- se hallan dentro de esta zona de desconexión del Todo.
Nos hayamos en la zona oscura, en la zona rebelde. Por tanto, sufrimos ese proceso de reencarnación que no nos sirve para elevarnos espiritualmente tal como estaba previsto. Nos encontramos en un proceso repetitivo de reencarnaciones que nos ata a este mundo involucionado.
Añadamos a esta circunstancia que nos encontramos en los niveles más bajos de la Creación. Tradicionalmente nos situaríamos en la Tercera Dimensión de las Siete, y dentro de ésta, en las esferas inferiores.

IDEA vigésimo sexta.

Debido a este estado de desconexión y de oscuridad, a veces, cada determinado tiempo, se encarna en nuestro mundo ciertos seres avanzados para aportarnos luz sobre como elevarnos y salir de esta rueda de existencias.
Seres como Buda, Jesucristo, krisna... su misión ha sido la de señalarnos el camino para la evolución correcta.

IDEA vigésimo séptima.

Según las tradiciones, un Ser situado en una de las más elevadas dimensiones dentro de la escala cósmica, -al que situamos en la Sexta dimensión- quiso desvincularse de los procesos establecidos para crear los suyos propios: “quiso ser como Dios”, usurpando las funciones divinas.
Imaginemos que este suceso hubiese ocurrido aquí en la Tierra: Nuestro planeta, con todos sus seres y materia en pleno proceso evolutivo en todas sus dimensiones, desde la primera con la materia; segunda, los vegetales; tercera, los animales y humanos; la cuarta con los seres astrales, la quinta con los seres etéricos y las sexta con los seres dévicos, todos conviviendo en plena luz y armonía con el Espíritu Cósmico; siente una alteración proveniente de la sexta dimensión desde donde un Ser decide tal rebelión.
A él se les une otros seres de similar evolución en otros mundos, extendiéndose por amplias zonas estelares.
A estos seres, debido a su más avanzado estadio evolutivo, les será fácil contagiar -o en cualquier caso someter- a los seres de las dimensiones inferiores para que se unan a esta rebelión.
Sin tener prácticamente ninguna posibilidad de oposición los seres de las dimensiones más bajas, caen bajo sus dominios. De esta forma todo se verá afectado. “La décima parte de las estrellas cayeron”.

IDEA vigésimo octava.

“Y hubo guerra en los cielos, y Miguel y sus ángeles derrotaron a Satanás arrojándolo a la Tierra.”
Quizás, y por lógica, no se refiera a la Tierra como nuestro planeta, sino solo sea una manera de querernos dar a entender que, Satanás, cayó bajo en su evolución, pasando de ser una entidad muy elevada, a una entidad caída; y de igual modo, es una forma de decirnos que éste gobierna la Tierra desde entonces.

IDEA vigésimo novena.

Desde entonces, no solo nos desvinculamos del Espíritu Cósmico, sino que también y a la vez lo hicimos de cada una de las dimensiones inmediatamente superiores a la nuestra.
Así ocurrió en todas las dimensiones afectadas.
Todo ser puede percibir y ser consciente de convivir con las especies inferiores, pero desde entonces, ya no es capaz de percibir y ser consciente de convivir con las formas de existencia superiores a sí mismo.

IDEA trigésima

Expongo una confusión en cuanto al periodo en el cual Satanás proclamó su Rebelión.
Parto de la siguiente premisa: En el único planeta que conocemos con vida, La Tierra, el proceso natural de supervivencia de todos los seres que habitamos este mundo está basado en la absorción de energía como alimento. Esto se produce a partir del consumo de otros seres vivos que conviven con nosotros.
En este proceso de “consumo”, en el ser que sirve como alimento, se produce una serie de sensaciones muy agresivas y extremas de miedo, sufrimiento, dolor... unos sentimientos muy negativos para ser considerados quizás como ley de origen divino, por tanto natural.
Una explicación a esta situación sería que este mundo fue anexionado a tal Rebelión, anexionado a la oscuridad, antes de la aparición de la vida en él, por lo que esta forma de sustento entre sus habitantes dio comienzo desde el mismo origen de la vida en nuestro planeta; entonces se debería a esa desconexión sufrida, y por lo tanto, se trataría de un fenómeno negativo no universal.

IDEA trigésimo primera.

En caso contrario, si este mundo fue anexionado después de la aparición de la vida en él, significaría que esta forma de supervivencia entre los seres que los habitamos, sería la establecida de manera universal, sería pues natural dentro de lo establecido por ley divina.
Que suframos, sintamos miedo y dolor en este proceso, se debería pues por causa de nuestro bajo nivel evolutivo, por vivir en mundos densos y poco evolucionados. Esta disyuntiva no podremos verificarla hasta comprobar que en existen otros mundos donde estos procesos agresivos no se den.

IDEA trigésimo segunda.

Sea como fuere, toda la Tierra con sus habitantes están actualmente sumidos en un estadio de desconexión con el resto del Universo, con el resto de la Creación.
Pero este estado de oscuridad no será para siempre. Según las tradiciones, vivimos en un estado de “cuarentena”. Se trata pues de un periodo de tiempo establecido que cumplirá a su debido tiempo, el cual dará a su término en un futuro parece ser que muy próximo ya.

IDEA trigésimo tercera.

Y si continuamos interpretando los mitos antiguos, según el judeocristianismo, el Ser Humano fue creado por Dios. Entonces, éste vivía en un estado de felicidad y plenitud, hasta la aparición de Satanás, el cual lo sumió en el pecado y en la oscuridad.
Si atendemos a este mito, quedaría claro que Satanás tomó la Tierra después de la creación del Ser Humano, es decir, muy posteriormente a la creación de la Vida.
Pero en otras tradiciones no cristianas, se habla de que fueron los dioses los creadores del Ser humano, y que ya fue creado imperfecto. Por lo tanto en este caso, si se "podría" ajustar a la segunda teoría de que Satanás ya gobernaba en la Tierra antes de que existiera la vida en ella.
Este condicionante "podría", se debe a que no necesariamente esta segunda versión de los dioses creadores aclare de manera definitiva que Satanás estuvo en la Tierra antes del inicio de la vida; pero sí deja ese margen de posibilidad.

IDEA trigésimo cuarta.

Por definición, el Ser Humano, se encuentra situado en la Tercera Dimensión. Estamos ubicados en la esfera donde aparece el elemento “mente” soportado por un órgano visible: “cerebro”.
Compartimos nuestro nivel de existencia con otros seres con este punto en común, pero a la vez muy distintos a nosotros –los animales-, tan distintos que, aunque compartamos nuestra existencia en el mismo ámbito de la tercera dimensión, nuestro nivel evolutivo-físico-psíquico-espiritual, es mayor que el de ellos.
Esto confirma la amplia variedad de posiciones que ocupan las distintas formas de existencia dentro de una misma esfera dimensional.

La tercera dimensión se define como el “lugar” donde los seres típicos se desenvuelven en las tres dimensiones físicas del espacio: alto, ancho y largo; pues son conscientes y se manejan en este espacio. Esta característica es idéntica en todas las especies animales, incluida la humana. No obstante en el caso humano, habría que añadir el reconocimiento del inicio de la conciencia de la “cuarta dimensión”, con un elemento nuevo que denominamos: Tiempo.

IDEA trigésimo quinta.

Existe un gran salto evolutivo, "físico-espiritual", entre nosotros y el resto de las especies animales con la que compartimos nuestro mundo.
Ese hueco “creado” es el producto de aquella "rebelión”, que según las tradiciones antiguas sagradas, fue protagonizada por una Entidad Espiritual Negativa.

La intervención por parte de esta Entidad Espiritual Negativa -Satanás, según la tradición islámico-judeo-cristiana-, en el proceso natural de evolución de las especies en nuestro mundo, consistió en "acelerar" precisamente ese proceso evolutivo en el Ser Humano para beneficio propio.
Esta aceleración consistió en "transmitir" una serie de nuevos genes extra al "homo sapiens", haciéndolo "saltar" repentinamente hacia otro estadio evolutivo más complejo.
A ello, si le sumamos el hecho de que la especie precedente -no vinculada genéticamente al homo sapiens-, "el hombre de Neanderthal", se extinguió o fue extinguida, tenemos como resultado un enorme "hueco vacío" entre especies.
Si consideramos quizás -desde un punto de vista antropocentrista- la idea de que los chimpancés sean la forma evolutiva animal más elevada, reconoceremos que entre ellos y nosotros los humanos, se hace evidente que existe ese hueco al que hago referencia.

IDEA trigésimo sexta.

En el Universo de esta Tercera Dimensión, existen sin duda un gran número de otras especies desconocidas aun para nosotros, las cuales corresponden en evolución físico-espiritual a la de las especies animales de la Tierra, y a la nuestra humana.
Sin duda, debe haber formas de existencias correspondientes que ocupen el “espacio vacío” existente aquí en la Tierra, entre los animales más evolucionados y el propio ser humano.
Así mismo, debe existir multitud de formas de existencias superiores a nuestro desarrollo físico-espiritual Humano.
Todos ellos se ubicarían tan solo en la Tercera Dimensión.

Cómo defino el concepto de "Dimensión":
Se puede decir que, todo conjunto de seres que son partícipes de una serie de sentidos físicos y emocionales análogos, y que son capaces de relacionarse entre sí gracias a ese conjunto de
sentidos naturales: vista, oído, olfato, gusto, tacto... pertenecen a la misma Dimensión.
De esta manera considero que todas las especies animales pertenecen a la misma dimensión.

Las especies vegetales, al carecer de estos sentidos, y por lo tanto, al no existir una analogía en los métodos de "comunicación" con las especies animales, cosidero que pertenecen a una dimensión inferior. Sin embargo, poseen todas ellas una característica que las hacen análogas, y es en principio la posesión de vida, que las distinguiría de los "seres" de la dimensión inmediatamente inferior, los minerales, además de otros caracteres comunes entre sí.
Es obvio que en el ámbito de cada "dimensión" se dan múltiples niveles físico-espirituales. Dentro de lo que conocemos, es decir, en la Tierra, el ser Humano ocupa la misma dimensión que el resto de las especies animales, con la diferencia de que los humanos estamos en la cúspide de esa evolución.
Por lógica, debe existir en otros "lugares físicos", otra multitud de especies -antropomorfas o no- que completen el sinnúmero de seres que pueblan la denominada tercera dimensión, y que son superiores a los humanos en evolución físico-espiritual.
Los seres que habitan las dimensiones superiores a la nuestra la tercera, aun son desconocidos por nosotros, aunque nos podemos atener a las tradiciones sagradas antiguas para definirlas y catalogarlas: hablemos de ángeles, arcángeles, potestades, querubines, serafines...


jueves, 15 de febrero de 2007

Cómo el Ser Humano es parte de Dios. -punto de vista FISICO-

¿De qué manera el ser humano entraría a formar una parte más de Dios?
Según la teoría del Big Bang, al principio, todo el Universo estaba contenido en una sola materia inmensamente densa ubicada en un mismo punto. Ésta, por si misma, y debido a esta gran densidad y elevada temperatura estalló, dando comienzo al espacio y al tiempo. A medida que las décimas de segundo transcurrían, en ese universo primigenio sucedían hechos de mayor importancia cada vez, con una mayor rapidez.
Aparecieron en un primer momento los distintos elementos químicos más ligeros; los más abundantes y antiguos son el hidrógeno y el helio, los cuales son componentes esenciales de las estrellas. Ingentes cantidades de átomos de hidrógeno se unen hasta formar una masa, la cual, al llegar a una densidad crítica comienza a formar helio con la consiguiente emisión de energía en forma de luz y calor. Así es como nace una estrella.
El elemento químico hidrógeno, con solo un electrón orbitando alrededor de su núcleo (masa atómica 1) puede fusionarse con otros núcleos atómicos de hidrógenos hasta formar un nuevo elemento químico más pesado, con una masa mayor: el helio (masa atómica 2). Es en este proceso cuando se libera gran cantidad de energía en forma de fotones. El fenómeno vuelve a repetirse con la fusión de los distintos átomos de helio hasta la formación de otro elemento químico con mayor masa, y así sucesivamente.
De esta manera se han formado los más de cien elementos químicos naturales que todos conocemos, descritos y clasificados en la famosa Tabla Periódica de los Elementos.
El hidrógeno se convierte en helio, el helio en hierro, el hierro en carbono, el carbono en cobalto, el cobalto en sílice...
El Universo se autorecicla así mismo y gracias a este proceso de nacimientos, transformaciones, liberación de energías... tal como un ave fénix, todo resurge de las cenizas.
Pero la trascendencia y la grandeza del Universo es tan prodigiosa que, por si mismo, por “voluntad divina” hace que unas cuantas moléculas de oxígeno, hidrógeno y carbono, junto con una pizca de otras como el hierro, fósforo, magnesio, cinc, etc. Se unan todas ellas y se organicen en tal forma que sean capaces de algo sobrenatural, algo prodigioso, algo milagroso: reconocerse así mismo, tener conciencia de sí mismos. Todos estos elementos químicos, una vez organizados, como una sola individualidad, son capaces de tener conciencia de sí mismo. Entre todos, y por sí mismos, son capaces de ver, entender y explicar el propio Universo. A ese conjunto de moléculas organizadas en forma tan sorprendente se le denomina: Ser Humano.
Decía Carl Sagan, “somos polvo de estrellas”. En realidad, desde un punto de vista meramente científico, no somos más que un grupo de moléculas nacidas en alguna estrella de tercera generación, engarzadas en tal forma que es capaz de desarrollar todas las facultades propias de un ser humano: pensamiento, conciencia, razón, amor, odio, esperanza... Pero además,¡¡ tenemos la capacidad para fabricar copias exactas de nosotros mismos!! al igual que cualquier otro ser vivo. Se trata pues de un proceso de autoregeración consistentes en nacimientos y muertes de esta materia; precisamente es el mismo comportamiento al que hacia referencia anteriormente sobre el mismo Universo en su totalidad.
Pero todo esto solo ocurre en el ámbito de nuestros sentidos; es decir, son los fenómenos que podemos contemplar con los sentidos físicos, o ser aprehendidos y estudiados con nuestros inventos tecnológicos. La trascendencia del Ser Humano es aun mayor. En realidad, la trascendencia de todo el Universo es mucho más compleja aún.

domingo, 11 de febrero de 2007

Dios es Inteligencia Consciente.

Si entendemos el concepto de Dios como Toda la Creación, pudiera contemplarse a este Dios Supremo y Único como un simple ser compuesto por una infinidad de materia inerte, manifestada en forma de vacío, gases, estrellas, planetas, gravedad, fuerzas electromagnéticas etc. Como una sucesión casi infinita de dimensiones y estratos distribuidos en distintos espacios-tiempos; Como una mera masa multiforme sin más trascendencia, sin más contenido, sin más objeto.

Pero según las creencias profesadas por todas las religiones de todas las épocas, según el trato y la consideración que se le dispensa a la figura divina, según ese sentimiento que todo creyente posee en su interior cuando menciona al Creador, no podría tratarse de la idea de un simple Dios que consta de una infinidad de millones de millones de fragmentos de múltiples formas, unidos por una serie de fuerzas físicas invisibles.
Por nuestra manera de ver y entender la idea del Ser Supremo, por nuestra forma de intuirlo y explicarlo, debe tratarse de un Dios necesariamente provisto de una inteligencia y, por tanto, poseedor de sabiduría. De lo contrario el concepto de Dios no tendría sentido; la idea de Dios no tendría fundamento alguno y prescindiríamos de ella. Al Universo lo denominaríamos entonces, simplemente Universo, como ese conjunto de materia provista de orden, tal como en realidad lo hacemos solo para designar la idea de Universo Físico. Lo que está claro es que para designar la idea de algo más trascendente y profundo que el Universo material o la Creación, le aplicamos el término Dios.
Necesariamente debe tratarse de un Dios con conciencia de ser Dios, y que actúa como tal utilizando sus infinitas formas. Es un único Dios con cuerpo de Universo. Necesariamente, el orden, el movimiento sincronizado impuesto en los cuerpos celestes, esa capacidad de la materia para evolucionar del polvo estelar a estrella, y éstas morir deshaciéndose y luego volver a formar con su materia muerta otras nuevas estrellas u otros astros..., el proceso de nacer y renacer de todo ser vivo, unos sustentándose de otros en un ciclo interminable, habla de un diseño complejo, de un objetivo concreto, de un plan preestablecido; habla de una inteligencia, habla de una gran inteligencia sabia.
Como conclusión: el Universo es Dios, Dios como todo lo que existe, con las múltiples formas que por sí mismo decidió tener: forma de estrellas, planetas, constelaciones, galaxia, cúmulos galácticos, todo ello conexionado mediante las leyes naturales de la gravedad, todos ellos sometidos a una serie de leyes que los hacen moverse de manera sincrónica y perfecta. A la vez, Dios como Universo, también es todo lo que contiene cada mundo, esas son otras más de sus múltiples formas: montañas, valles, océanos, ríos, atmósfera, minerales, vegetales, animales y seres humanos. Así como la infinidad de otros mundos ubicados en otra infinidad de dimensiones distintas.
TODO ESO ES DIOS.

sábado, 3 de febrero de 2007

Explicación de la Pirámide.

La Pirámide la he elegido como símbolo de la toda la Creación, de todo lo creado.
Representa tanto los estratos físicos, como los psíquicos y los espirituales; pues todo está conectado, entrelazado... "Todos compartimos todo; todos existimos a la vez en todo."
La pirámide simbólicamente está dividida en 7 partes distintas, cada una caracterizada por un color diferente que define sus carácteristicas.
Desde la base de la pirámide hacia arriba:
PRIMER estrato o esfera_ dimensión ELEMENTAL, donde se ubican los "seres" aun sin vida, los elementos: aire, agua, fuego, tierra, éter...
SEGUNDO estrato o esfera_ dimensión PRIMARIA, donde se ubican los "seres" de vida incipiente y primitiva: todo el reino vegetal con sus diferentes grados evolutivos.
TERCER estrato o esfera_ dimensión MENTAL , -o material-, donde se ubican todos los seres con capacidad cerebral incipiente: animales, ser humano, humanos no terrestres, en sus distintos grados evolutivos.
CUARTO estrato o esfera_ dimensión ASTRAL; donde se ubican todos los seres constituidos por materia astral, aun desconocida por el ser humano pues escapa a nuestros sentidos habituales, con todos sus grados de evolución.
QUINTO estrato o esfera_ dimensión ETÉRICA, donde se ubican las distintas escalas de seres constituidos por materia etérica, según sus grados evolutivos.
SEXTO estrato o esfera_ dimensión DÉVICA, donde se ubican las distintsas escalas de seres constituidos por materia dévica, según sus grados evolutivos.
SÉPTIMO estrato o esfera_ dimensión donde se ubica la parte perfecta de Dios, denominada en la tradición cristiana "Espiritu Santo" señalado como entidad viva e inteligente, o en el budismo "Nirvana" señalado como lugar de habitación.

La parte de abajo del pirámide es el Yin, de la que surgen las almas, los seres comenzando su ascensión.
La parte superior de la pirámide es el Yang, el lugar hacia donde son atraidas las almas, el punto de atracción, la meta final.

Si la parte superior y última es la parte perfecta de Dios (de la Creación), la cúspide blanca, y la denomino "Espiritu Santo"; los tres siguientes estratos: dévico, etérico y astral, conformarían entonces la denominada Creación "Padre". Por tanto, las tres primeras dimensiones: mental, primaria y elemental conformarán la Creación en su aspecto "Hijo". Daría explicación a las tres deidades que conforman Dios, según tradiciones muy antiguas y distintas entre sí.

miércoles, 10 de enero de 2007

Todo Asciende

El Universo en su totalidad está diseñado para evolucionar: nacer,crecer y morir.
El Ser Humano, como parte del Universo, también estádiseñado para evolucionar.
La evolución espiritual humana se lleva a cabo a través de multitudes de vidas sucesivas -reencarnaciones-Todo transciende, todo avanza, nuestro camino es ir hacia arriba, hacia la cúspide (Dios) de la pirámide - la pirámide que representa a la Creación-.