domingo, 11 de febrero de 2007

Dios es Inteligencia Consciente.

Si entendemos el concepto de Dios como Toda la Creación, pudiera contemplarse a este Dios Supremo y Único como un simple ser compuesto por una infinidad de materia inerte, manifestada en forma de vacío, gases, estrellas, planetas, gravedad, fuerzas electromagnéticas etc. Como una sucesión casi infinita de dimensiones y estratos distribuidos en distintos espacios-tiempos; Como una mera masa multiforme sin más trascendencia, sin más contenido, sin más objeto.

Pero según las creencias profesadas por todas las religiones de todas las épocas, según el trato y la consideración que se le dispensa a la figura divina, según ese sentimiento que todo creyente posee en su interior cuando menciona al Creador, no podría tratarse de la idea de un simple Dios que consta de una infinidad de millones de millones de fragmentos de múltiples formas, unidos por una serie de fuerzas físicas invisibles.
Por nuestra manera de ver y entender la idea del Ser Supremo, por nuestra forma de intuirlo y explicarlo, debe tratarse de un Dios necesariamente provisto de una inteligencia y, por tanto, poseedor de sabiduría. De lo contrario el concepto de Dios no tendría sentido; la idea de Dios no tendría fundamento alguno y prescindiríamos de ella. Al Universo lo denominaríamos entonces, simplemente Universo, como ese conjunto de materia provista de orden, tal como en realidad lo hacemos solo para designar la idea de Universo Físico. Lo que está claro es que para designar la idea de algo más trascendente y profundo que el Universo material o la Creación, le aplicamos el término Dios.
Necesariamente debe tratarse de un Dios con conciencia de ser Dios, y que actúa como tal utilizando sus infinitas formas. Es un único Dios con cuerpo de Universo. Necesariamente, el orden, el movimiento sincronizado impuesto en los cuerpos celestes, esa capacidad de la materia para evolucionar del polvo estelar a estrella, y éstas morir deshaciéndose y luego volver a formar con su materia muerta otras nuevas estrellas u otros astros..., el proceso de nacer y renacer de todo ser vivo, unos sustentándose de otros en un ciclo interminable, habla de un diseño complejo, de un objetivo concreto, de un plan preestablecido; habla de una inteligencia, habla de una gran inteligencia sabia.
Como conclusión: el Universo es Dios, Dios como todo lo que existe, con las múltiples formas que por sí mismo decidió tener: forma de estrellas, planetas, constelaciones, galaxia, cúmulos galácticos, todo ello conexionado mediante las leyes naturales de la gravedad, todos ellos sometidos a una serie de leyes que los hacen moverse de manera sincrónica y perfecta. A la vez, Dios como Universo, también es todo lo que contiene cada mundo, esas son otras más de sus múltiples formas: montañas, valles, océanos, ríos, atmósfera, minerales, vegetales, animales y seres humanos. Así como la infinidad de otros mundos ubicados en otra infinidad de dimensiones distintas.
TODO ESO ES DIOS.

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