lunes, 19 de marzo de 2007

IDEA vigésimo séptima.

Según las tradiciones, un Ser situado en una de las más elevadas dimensiones dentro de la escala cósmica, -al que situamos en la Sexta dimensión- quiso desvincularse de los procesos establecidos para crear los suyos propios: “quiso ser como Dios”, usurpando las funciones divinas.
Imaginemos que este suceso hubiese ocurrido aquí en la Tierra: Nuestro planeta, con todos sus seres y materia en pleno proceso evolutivo en todas sus dimensiones, desde la primera con la materia; segunda, los vegetales; tercera, los animales y humanos; la cuarta con los seres astrales, la quinta con los seres etéricos y las sexta con los seres dévicos, todos conviviendo en plena luz y armonía con el Espíritu Cósmico; siente una alteración proveniente de la sexta dimensión desde donde un Ser decide tal rebelión.
A él se les une otros seres de similar evolución en otros mundos, extendiéndose por amplias zonas estelares.
A estos seres, debido a su más avanzado estadio evolutivo, les será fácil contagiar -o en cualquier caso someter- a los seres de las dimensiones inferiores para que se unan a esta rebelión.
Sin tener prácticamente ninguna posibilidad de oposición los seres de las dimensiones más bajas, caen bajo sus dominios. De esta forma todo se verá afectado. “La décima parte de las estrellas cayeron”.

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